Sensaciones científicas

Desde que pisamos La Tierra, nos hemos visto rodeados de todo tipo de fenómenos con que la naturaleza nos deleita: la lluvia, los truenos, el viento, las erupciones, las mareas...Las creencias se sustentaban en fuentes divinas o mágicas, hasta que varios siglos más tarde, y gracias a la inquietud y el estudio de unos muchos, se fue explicando y asignando mediante nombre y apellido los sucesos que iban apareciendo, dando lugar a Las Ciencias.


Me gustaría enumerar algunos de los temas de mayor relevancia en Física, también trasladables a otras ramas: la energía, la fuerza, el orden, el movimiento y el tiempo. Todas las variables deben ser medibles, estableciendo así una escala de referencia. Recuerdo un ejemplo: Un error de 2 cm, es mucho o poco? Según se mida un lápiz o una carretera.

Nuestro cuerpo es un enorme y complejo sistema físico-químico, con muchas entradas y salidas, compuesto a su vez de mini-sistemas que interactúan, se sincronizan y que muchas veces dependen los unos de los otros. Los órganos, venas, ojos, cerebro, columna vertebral...todos ellos son factibles de ser modelizados, ya sea como sensores y redes eléctricas, tuberías y canales de transporte, o estructuras y construcciones.


 Al igual que los átomos y su distribución en redes regulares, alcanzando el llamado estado cristalino, las personas necesitamos unas condiciones y un tiempo específico para reorganizarnos y poner orden, alcanzando cotas de mayor estabilidad o mínima energía. Esto no significa que el desorden o la falta de estabilidad sean perjudiciales, pero si pueden dificultar ciertos procesos.

Aludiendo a la corriente eléctrica, definida por dos componentes contínuo y alterno (gráficamente, una línea horizontal sumando una onda sinusoidal), se podría describir la estabilidad emocional como la mezcla de estos dos elementos: un nivel de referencia compuesto de diferentes fluctuaciones, tanto en amplitud como en frecuencia. Son estas oscilaciones las que deben ser contempladas para evaluar el grado de inestabilidad, más que la componente constante.

Hay algo que siempre me ha sorprendido. La relación que existe entre lo Micro y lo Macro. Muchas células cumplen las mismas funciones que su Ser contenedor (alimentación, excreción, respiración...); En cuanto a la reproducción, el esperma fecunda al óvulo al igual que el aparato masculino se introduce en el femenino; y a nivel de los átomos, el núcleo y los electrones que giran como podría observarse en el sistema Sol - planetas. Lástima que todavía las ecuaciones no apoyen un acuerdo en este último caso.

Son muchas los campos -influyentes y estratégicos- beneficiados de la incesante curiosidad por el saber y la mejora, entre ellas la medicina, las telecomunicaciones y el sector energético. En este sentido, me gustaría destacar alguno de los conceptos que han sido y son base para el desarrollo de muchas industrias: el electromagnetismo, la mecánica de fluidos, las propiedades de sustancias y materiales, la relatividad, y el genoma humano, entre otros.


La mayoría de las personas somos ciegas a las aportaciones de la ciencia y su relación fundamental con lo que hacemos o utilizamos. Tardaremos muchas décadas en valorar la magnitud y aplaudir los trabajos de investigación de "Los Grandes" que resultan ser la base del crecimiento y la evolución de la humanidad...siempre y cuando no juguemos ni nos quememos con fuego.

Ahora SI que NO

El concepto del NO define -en su máxima expresión- una distancia, una barrera, una fina membrana que impide el acuerdo entre dos o más interlocutores. La tónica negativa puede dar lugar a un pensamiento no sólo de oposición, sino también derivados como la defensa o el abandono a la comunicación.

Aquellos que no les convenga una respuesta que les haga temblar -sin dejar de mencionar al segmento por excelencia de depredadores emocionales- se sorprenden y tienden a alejarse de esas personas que ya no atienden a sus premisas: escuchar lo que quieren o no escuchar, no dejar hablar ni participar, someter a los demás a sus exigencias; y en este sentido, no aceptar ni tolerar otra posición autoritaria que se les pueda equiparar. En otras palabras, un fuerte candidato a arrebatarle su trono controlador.

En muchos casos, personas que necesitan dominar para sentirse más seguras, en contrapartida hacia aquellos individuos más sumisos, que agachan la cabeza y responden positivamente con tal de no crear conflicto. Pero también dispuestos a poner distancia una vez hecho el trabajo y aprendizaje personal que corresponde: ganancia de autoestima, atenuación de la culpabilidad y orientación hacia una mayor inteligencia emocional.

Hay varios conceptos asociados a estos comportamientos relacionales -naturales e inevitables- de los cuales me gustaría mencionar la empatía, la asertividad, el egoísmo, el rechazo, el altruismo y la tolerancia. Lo mejor de todo es que están siempre de moda...por su exceso o por su falta, por suerte o por desgracia.


Y es que podríamos malacostumbrarnos y apalancarnos si nuestros parteners nos dan la razón, y armonizan con nuestros pensamientos y razonamientos. En definitiva, arrimarse a nuestro lado, sentir afinidad  y compartir nuestra opinión o deseo.
En el caso contrario, y como consecuencia de una falta de aprobación, dudamos de nosotros mismos. Nos cuestionamos si estamos en lo cierto. No sabemos si nos quieren ayudar o tirar abajo lo mentalmente edificado. Me atrevería a cuantificar la gran ambivalencia producida.

Ojala existiera soluciones que contenten totalmente a las partes. Aún así, podemos sustentar una actitud mas constructiva a través de estos puntos: intentar ser más resilientes y adaptables a la NO conformidad, la propia y la de los demás; aceptar vivir y disfrutar de las zonas de NO confort; relacionarnos con gente que NO comparta nuestros ideales, pero aprendiendo a través de una buena comunicación; y por último, y lo más significativo, reducir el número de NO's en la vida, e increpando hacia los SI's como llave del entendimiento y fuente de salud.

Humanos: primera puerta, sección Animales

Uno de los descubrimientos más grandes del ser humano, desde lo más profundo del inconsciente: vivir, hacer y comportarnos como lo animales que somos. Y es que además realizamos, como todos los seres vivos, los axiomas más básicos -nacer, comer, respirar, dormir, morir-, y las acciones más importantes para la existencia y descendencia -relacionarnos, comunicarnos y reproducirnos-.

Salimos de fábrica formando parte de una manada, de una familia, de unos guías. La estructura fundamental  y el soporte en el que nos apoyamos. Es el núcleo familiar uno de los ejes en la formacion de la personalidad, la confianza y la seguridad.
Un  recien nacido necesita la ayuda de sus progenitores para comenzar a caminar, para aprender a valerse por si mismo, y para discernir las posibles hostilidades del medio. Observamos en los documentales como en un segundo de distracción o desatención del cachorro, este puede ser fácilmente cazado y retirado de su lado.

Más adelante, se incrementa el número de lazos con sujetos del mismo círculo, a través del juego, de las  curiosidades comunes y también gracias a la lucha por comer. Relaciones simbióticas, como las estrategias de caza conjuntas, que permiten la superviviencia muchas veces. Por ejemplo, los niños se agrupan en función del líderazgo y el grado de jerarquización en su clase, con el fin tener acceso a mayores beneficios: ser de los primeros en la fila, tener la palabra, sentarse en "pupitres privilegiados", etc.

(Traslado el criterio de la publicación aplicable tanto a hombres como a mujeres, con sus respectivas diferencias que no tengo la intención de comentar)

En el trancurso hacia la etapa adulta, vivimos situaciones relacionadas con la intimidad, el posicionamiento, la lucha del más fuerte, y la formación de la propia manada. Es aquí cuando surgen los roces, los celos y las rivalidades.
Queramos o no, esos compañeros con los que jugamos, aprendimos y crecimos, son ahora nuestros competidores. Conseguir comida con nuestras propias manos y medios; seleccionar y proteger a las parejas -evaluadas según los mejores perfiles genéticos para la continuidad de la especie-; y alzarnos como dueños del nido-territorio que vamos creando.




Dejaré a vuestra imaginación las similitudes entre el cortejo de muchas especies con la gracia del hombre. Entre ellas, el pavo real, con su despliegue y muestra de tal magnitud de colores. No importa cual de estos, pero alguno te acabará gustando. Por si hubiere confusión, no me refiero a vestirnos con camisas, vestidos o atuendos de varios colores. Capaz asustan más de lo que atraen.
 
El crecimiento y la evolución no son tareas fáciles ni de un sólo día: pasamos de aprender a ejecutar, de compartir a competir, de ser cuidados a cuidar; y sobretodo, de depender a ser independientes.
Aludiendo a uno de los fenómenos de la filosofía clásica, someto su famosa frase al relato: "Animal, luego Humano". Fuera las generalizaciones. Algunos no sobrepasan la coma.

Proyectos y proyecciones

Cada uno de nosotros tenemos unas metas en la vida que pueden converger ó diverger de otras personas según sean nuestras prioridades y el contexto en el que nos veamos influenciados.
Somos nuestro propio proyecto, el de nuestros ascendentes (el de los descendientes no tengo el privilegio por ahora), y no se puede olvidar, por supuesto, el proyecto impuesto por la sociedad.

La familia, los amigos, la pareja, los compañeros de trabajo, la comunidad a la que pertenecemos. Muchos alardeamos de ser managers y consejeros del camino hacia la felicidad  y éxito personal y profesional, de tenerlo todo bastante claro. Claro que no. De proyectar tu proyecto en pies de otros.
En esta línea, no dejamos de escuchar esas voces, esas opiniones originadas en terceras personas que son externas. Externas a nuestra forma de sentir y pensar. En ocasiones, sistemas de referencia y redes mentales muy lejanas de las propias.

Sean cuales sean los objetivos, tenemos el derecho a cambiar de opción, a modificar nuestra forma de proceder si cabe, a desperdiciar posibles oportunidades más beneficiosas, a no dejar satisfechos a nuestros mentores. Limitados por nuestra flexibilidad y los "back-ups" que aporten el tiempo y la calma necesarios para la transición.

Como sucede en la toma de decisiones, se nos planetan soluciones de compromiso. Ganar por un lado y perder por otro. Realizar un proyecto requiere de una planificación, de seguir unos puntos, de ser metódicos. De otra forma, colaboramos hacia una seguridad, a tener una sensación de control, a intentar saber qué pasará. Muchas veces estamos más pendientes de la meta que no el disfrute de la realización y consecución de los pasos.

Comprometer y ponderar con puntería el goce del hoy y las expectativas del mañana.

Dar y recibir valores

Desde que nacemos hasta tempranas edades de la pubertad (entiéndase pubertad juvenil, y no la  demandada pubertad adulta), somos un blanco fácil e inocente para recibir las "tablas éticas". Inculcados mediante todo tipo de valores y procedimientos: desde el respeto a los adultos, a los profesores, los modales en una reunión, evitar las palabras malsonantes, el saber estar. Un sin fin de instrucciones que prometen ser claves en la formación de nuestras relaciones más productivas.

En esta misma línea, muchos hemos pensado alguna vez que nos merecemos una mejor suerte, más cosas o algún tipo de beneficio por el hecho de tener un buen comportamiento, proceder de forma sincera, o simplemente por realizar acciones constructivas con nosotros y con los demás. Conocido como "falacia de la justicia".

El problema surge al observar casos exitosos provenientes de no tan buenas conductas. Alguna vez nos habremos cuestionado: ¿Tengo que ser "malo" para obtener lo que quiero?
Hace unos años salimos en grupo a tomar algo, conoces a alguien, parece que puede fructificar, pasa un tiempo, y de pronto, malas noticias. No llama tanto como deseas, no eres su prioridad, no tienes la relevancia que esperas en su vida. No lo entiendo! Si mi trato siempre ha sido educado, sincero y atento! Mientras, un amigo me aconseja que cuanto menos caso les haces, más quieren saber de ti. Que no conteste a sus mensajes. Que no me interese para nada por unos cuantos días. Postura de "gato y ratón" no muy madura a ciertas edades. Resumiendo, que sea un poco malo para conseguir lo que quiero. Opté por no seguir esa corriente y aceptar el hecho.

Todos sabemos lo que esta bien y lo que no, lo que puede agradar, lo que puede hacer doler. Pero hace falta algo: la voluntad, las ganas y la motivación hacia una buena praxis.
Darás mucho a unos pocos, y poco a unos muchos. Recibirás de aquellos que no tenías pensado, y de los que más necesitas, a veces nada. Espera del mundo -como mínimo- lo que aportes de malo, y -como máximo- lo que estés dispuesto a sumar de bueno.