Humanos: primera puerta, sección Animales

Uno de los descubrimientos más grandes del ser humano, desde lo más profundo del inconsciente: vivir, hacer y comportarnos como lo animales que somos. Y es que además realizamos, como todos los seres vivos, los axiomas más básicos -nacer, comer, respirar, dormir, morir-, y las acciones más importantes para la existencia y descendencia -relacionarnos, comunicarnos y reproducirnos-.

Salimos de fábrica formando parte de una manada, de una familia, de unos guías. La estructura fundamental  y el soporte en el que nos apoyamos. Es el núcleo familiar uno de los ejes en la formacion de la personalidad, la confianza y la seguridad.
Un  recien nacido necesita la ayuda de sus progenitores para comenzar a caminar, para aprender a valerse por si mismo, y para discernir las posibles hostilidades del medio. Observamos en los documentales como en un segundo de distracción o desatención del cachorro, este puede ser fácilmente cazado y retirado de su lado.

Más adelante, se incrementa el número de lazos con sujetos del mismo círculo, a través del juego, de las  curiosidades comunes y también gracias a la lucha por comer. Relaciones simbióticas, como las estrategias de caza conjuntas, que permiten la superviviencia muchas veces. Por ejemplo, los niños se agrupan en función del líderazgo y el grado de jerarquización en su clase, con el fin tener acceso a mayores beneficios: ser de los primeros en la fila, tener la palabra, sentarse en "pupitres privilegiados", etc.

(Traslado el criterio de la publicación aplicable tanto a hombres como a mujeres, con sus respectivas diferencias que no tengo la intención de comentar)

En el trancurso hacia la etapa adulta, vivimos situaciones relacionadas con la intimidad, el posicionamiento, la lucha del más fuerte, y la formación de la propia manada. Es aquí cuando surgen los roces, los celos y las rivalidades.
Queramos o no, esos compañeros con los que jugamos, aprendimos y crecimos, son ahora nuestros competidores. Conseguir comida con nuestras propias manos y medios; seleccionar y proteger a las parejas -evaluadas según los mejores perfiles genéticos para la continuidad de la especie-; y alzarnos como dueños del nido-territorio que vamos creando.




Dejaré a vuestra imaginación las similitudes entre el cortejo de muchas especies con la gracia del hombre. Entre ellas, el pavo real, con su despliegue y muestra de tal magnitud de colores. No importa cual de estos, pero alguno te acabará gustando. Por si hubiere confusión, no me refiero a vestirnos con camisas, vestidos o atuendos de varios colores. Capaz asustan más de lo que atraen.
 
El crecimiento y la evolución no son tareas fáciles ni de un sólo día: pasamos de aprender a ejecutar, de compartir a competir, de ser cuidados a cuidar; y sobretodo, de depender a ser independientes.
Aludiendo a uno de los fenómenos de la filosofía clásica, someto su famosa frase al relato: "Animal, luego Humano". Fuera las generalizaciones. Algunos no sobrepasan la coma.

2 comentarios:

  1. Silvia Cardozo13/7/12, 3:14

    Buenisimo Sebastian, me gusta mucho el paralelismo que hiciste, lo comparto totalmente ! Nada para agregar, esta todo dicho.
    Felicitaciones!!

    ResponderEliminar
  2. Me alegro mucho de que te guste la publicación. A veces las ideas no salen en el momento, pero lo bueno requiere de análisis y tiempo. Espero muchos se sientan identificados con los artículos y libres para aportar tambien su grano de arena a través de los comentarios. Nuevamente, gracias por tu apoyo!

    ResponderEliminar